La pena y el dolor pueden tener efectos duraderos en todas las personas a las que afectan. A menudo, las personas intentan manejar su dolor internamente y esperar a que el tiempo las cure. Por desgracia, es menos probable que esto sea una solución y los clientes pueden acudir a sus coaches en busca de ayuda. No todos los coaches tendrán un cliente que atraviese una crisis, pero lo más probable es que en algún momento surja algún tipo de crisis, ya sea profesional o personal, en una sesión de coaching. Estos clientes suelen estar asustados, dolidos y confusos. La forma de manejar estas situaciones difiere de un cliente a otro, pero hay algunos aspectos básicos que conviene tener en cuenta:
- Sé comprensivo. Ofrezca un refuerzo positivo y hágales saber que no están solos.
- Sé comprensivo pero no juzgues. No importa en qué fase del duelo se encuentre, el cliente avanzará a su propio ritmo.
- Sé auténtico. No es raro que te quedes sin palabras, pero no intentes llenar los vacíos con tópicos.
- No lo evites. No hace falta evitar el elefante en la habitación: hay que sacarlo a la luz y discutirlo con paciencia.
- No lo arregles. Solo escucha al cliente y dale espacio para que airee sus preocupaciones y, con suerte, se escuche a sí mismo para descubrir sus propias soluciones.
- Ofrecer esperanza. El cliente debe saber que hay algo más allá de la oscuridad actual, pero no tiene por qué estar ahí todavía.
El duelo puede abarcarlo todo y, a menudo, las personas están tan atrapadas en su propio dolor que son incapaces de imaginar un futuro que lo supere o una forma de salir de él. El tiempo no es necesariamente la mejor solución y la desesperación puede instalarse si el cliente es incapaz de compartir su dolor. Dado que la mayoría de los coaches no son consejeros de crisis, es importante tener a mano una referencia para los clientes que puedan encontrarse en situaciones que superen la capacidad del coach. No es vergonzoso darse cuenta de las limitaciones del proceso de coaching y recomendar a un cliente que busque ayuda de un profesional. Sin embargo, puede que algunos clientes sólo necesiten que alguien les escuche, lo que podría ser una oportunidad para que su coach marque la diferencia.
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