Toqué el oboe durante años. Desde la escuela primaria hasta la universidad, practiqué y practiqué, me uní a la banda, al conjunto de viento, a un grupo de la iglesia e incluso formé un trío profesional con una flauta y un clarinete. Ahora se preguntarán ¿por qué abro un artículo sobre Coaching con mis habilidades musicales? Muy sencillo. Cuando buscaba un coach musical, buscaba a alguien que me entendiera -y que entendiera el oboe- y el valor distintivo del instrumento de doble caña. No alguien que tocara la batería, ni un profesor de tuba, sino un músico experto que creyera en la belleza y la alegría del oboe inusual y que se relacionara con las necesidades y los retos únicos del oboísta.
Es lo mismo con cualquier tipo de coaching, ya sea coaching de liderazgo, coaching de carrera o coaching de vida. Un cliente aporta sus perspectivas únicas -sus diferencias- a cada sesión de coaching. Por lo tanto, un coach debe ver a su cliente, escucharlo y entenderlo de verdad, respetando sus propias perspectivas y respetando el proceso de coaching. Esto es abrazar la diversidad en el coaching.
¿Por qué es importante la diversidad en el coaching? Para ser un coach eficaz y presente, debemos tratar de comprender al cliente dentro de su contexto. Un contexto que puede incluir su identidad, entorno, experiencias, valores, cultura y creencias.
Como coach, apoyar a tu cliente y su diversidad sin estar anclado en el significado y la comprensión es como, bueno, intentar aparcar en paralelo con un ojo cerrado. Para crear un espacio seguro en el que tu cliente pueda explorar y crecer, debemos estar dispuestos a hacer nuestro propio trabajo personal de base, no solo pedírselo a nuestros clientes.
Los coaches deben ser conscientes y estar presentes en sus emociones y pensamientos hacia la diversidad para poder estar presentes para el cliente y SU diversidad. Primero tenemos que mirar hacia dentro para comprender nuestras propias diferencias, explorar nuestras propias dimensiones de la diversidad, darnos cuenta de los valores que conforman nuestras creencias y luchar contra nuestros prejuicios inconscientes.
Hace falta valor y curiosidad para mirar en nuestro interior y sentirnos incómodos con lo que vemos. Sólo entonces podremos ver a través de nuevas lentes de diversidad y perspectivas para nuestros clientes y pedirles regularmente que consideren también nuevas perspectivas. Eso significa crear un lugar seguro para que exista su diversidad. Y permitir que el cliente muestre su diversidad. Al hacer este trabajo, podemos estar al servicio de nuestros clientes.
Una verdad incómoda sobre la profesión actual del coaching es la preocupante falta de diversidad entre los coaches profesionales y la falta de comprensión de la diversidad por parte de los coaches. Sin embargo, el coaching es inclusivo por naturaleza, y cualquier indicio de privilegio o prejuicio va activamente en contra de su propia ética.
Por esta razón, ha llegado el momento de que la profesión del coaching y los coaches individuales exploren formas de mejorar la experiencia de los clientes abrazando su propia diversidad y la de sus clientes, y la lleven adelante. El clima actual busca coaches que tengan una visión sistémica más amplia de la diversidad y la inclusión. Necesitamos diversidad entre los coaches, y dentro de los coaches, para que colectivamente podamos empatizar y empoderar a nuestros clientes. La mejor manera de lograrlo es que los coaches experimenten una mayor exposición y comprensión de la diversidad a través de la formación, el debate, la reflexión y la práctica.